Editorial y Opinión

Desde mi Curul: La Idolatría: cuando el corazón desplaza a Dios.

Estamos viviendo hoy en dia , en un mundo donde a Dios quieren suplantarlo en diferentes formas de idolatrías. Pero qué es a idolatría?

El Diario Tricolor.- Este es un concepto que, aunque a menudo se asocia con la adoración de imágenes o estatuas en culturas antiguas, posee una profunda relevancia en el mundo contemporáneo. En su esencia, la idolatría consiste en rendir culto y devoción a un ídolo, ya sea un objeto material o una idea abstracta, atribuyéndole el valor y el lugar que únicamente le corresponden a Dios. Esta práctica no se limita a la veneración de figuras talladas sino que se extiende a las sutilezas del corazón humano, donde el dinero, el trabajo, las relaciones, o incluso un pasatiempo, pueden convertirse en el centro de la existencia, desplazando al Creador.

El concepto del ídolo: Más allá de la imagen física, un ídolo es cualquier persona o cosa que ocupa el lugar supremo en la vida de un individuo, aquel lugar que teológicamente pertenece a Dios. La Real Academia Española lo define en una primera acepción como una «imagen de una deidad objeto de culto», pero también reconoce una acepción más amplia: «persona o cosa amada o admirada con exaltación».

Desde una perspectiva teológica, un ídolo es todo aquello en lo que se confía y a lo que se sirve en lugar de a Dios. Puede ser una representación física, pero también una aspiración, un deseo o una posesión. El ídolo promete seguridad, felicidad y significado, usurpando las promesas y la posición de la divinidad.

  • Tipos de ídolos : De lo tangible a lo intangible los ídolos pueden clasificarse en dos categorías principales:
    Idolos Externos o Tangibles,: son los más reconocibles históricamente. Se trata de objetos físicos como estatuas, imágenes, amuletos o elementos de la naturaleza (el sol, la luna, etc.) a los que se les rinde culto. En la antigüedad, numerosas culturas politeístas adoraban panteones de dioses representados en diversas formas.
    Ídolos Internos o del Corazón: esta es la forma más sutil y prevalente de idolatría en la sociedad moderna. Se trata de realidades o conceptos que, sin tener una forma física de adoración, se convierten en el motor principal de la vida de una persona, relegando a Dios a un segundo plano o ignorándolo por completo. Algunos de los ídolos del corazón más comunes incluyen:
  • El dinero y las posesiones : cuando la seguridad y la felicidad se depositan en la riqueza y los bienes materiales, estos se convierten en un ídolo. La vida gira en torno a acumular más, y el temor a la pérdida genera una ansiedad que debería ser puesta en la providencia divina.
    El trabajo o la carrera profesional: el éxito laboral, el reconocimiento y el estatus pueden transformarse en la fuente principal de identidad y autoestima. La dedicación desmedida al trabajo, a expensas de la familia, la salud y la relación con Dios, es una forma de idolatría.
    Las relaciones personales: el amor y el afecto son dones divinos pero cuando una persona (un cónyuge, un hijo, un amigo) se convierte en el centro absoluto de la existencia y su aprobación o felicidad es más importante que la voluntad de Dios, se ha caído en la idolatría.
    El poder y el reconocimiento: la búsqueda incesante de influencia, control y admiración por parte de los demás puede convertirse en un ídolo que consume los pensamientos y las acciones.
    Un hobby o el placer: actividades que en sí mismas son buenas y saludables, como el deporte, el arte o cualquier afición, pueden volverse ídolos cuando se les dedica un tiempo y una energía desproporcionados, ocupando el lugar central que le corresponde a la devoción a Dios.
    La ideología o la política: la adhesión fanática a una ideología o a un partido político, al punto de justificar acciones contrarias a los principios morales y divinos, es también una forma de idolatría.
    La distinción fundamental: Dios no es un ídolo.
    La diferencia entre Dios y un ídolo es abismal y fundamental. Un ídolo es una creación, ya sea de manos humanas o de la mente humana; es finito, limitado y, en última instancia, incapaz de cumplir las promesas de plenitud que aparenta ofrecer. Dios, en cambio, es el Creador increado, eterno, omnipotente y omnisciente.
    Las Escrituras de nuestra Biblia enfatizan esta distinción. Mientras que los ídolos «tienen boca, mas no hablan; tienen ojos, mas no ven» (Salmo 115:5), Dios es un ser personal, que se revela, se comunica y actúa en la historia. Los ídolos son una proyección de los deseos y temores humanos; Dios es una realidad objetiva y trascendente que llama al ser humano a salir de sí mismo.

En resumen, «la idolatría es una cuestión del corazón». Es el acto de desviar la adoración, la lealtad y la confianza que le son debidas exclusivamente a Dios hacia cualquier otra cosa. Reconocer y derribar los ídolos sutiles de la vida moderna es un llamado constante a reorientar el corazón hacia la única fuente verdadera de seguridad, identidad y propósito: Jesucristo. Con estas pequeñas líneas he tratado de hacer una aproximacion a tan interesante e importante tema.

El Señor es mi Pastor, nada me faltará.(Salmo 23). Bendiciones .MDS. Estudia, lee y escribe que algo queda.

El Articulista. Mario Douglas Serrano M.