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Seis migrantes zulianos destacan entre los 252 venezolanos liberados del Cecot de El Salvador

Cuatro amigos que habitaban en Texas, un futbolista y un joven que laboraba como taxista vivieron una terrible pesadilla en la llamada Megacárcel de Bukele. La mayoría de ellos tenía tatuajes, y por eso el ICE los asoció con el Tren de Aragua. «Acuerdos diplomáticos» hicieron posible la vuelta de estos jóvenes al país

El Diario Tricolor.- La pesadilla llegó a su final. Pisaron suelo venezolano. Los 252 criollos, quienes buscaron el «sueño americano» en Estados Unidos, pero terminaron detenidos por el ICE y posteriormente remitidos al Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), situado al sureste de San Salvador, fueron deportados el viernes 18 de julio a Venezuela.

Entre los venezolanos que lograron finalmente regresar al país figuran seis jóvenes oriundos del estado Zulia. Los cuatro habitantes del barrio Los Pescadores, al norte de Maracaibo, están entre estos ciudadanos que ya pisaron territorio nacional, al arribar al Aeropuerto Internacional de Maiquetía, en La Guaira, que sirve a Caracas.

Mervin Yamarte, Edwuard Hernández, Andy Perozo y Ringo Rincón son estos jóvenes que tuvieron su sueño de un mejor futuro en EE. UU. Sin embargo, al posesionarse Donald Trump como presidente de la nación norteamericana, ese «sueño americano» se tornó en pesadilla, porque la nueva administración republicana comenzó a aplicar «mano dura» a los migrantes, y los venezolanos fueron quienes sufrieron lo indecible.

Por tener tatuajes en el cuerpo, los agentes de Migración (ICE) los detuvieron en diversas redadas y los señalaron de pertenecer al Tren de Aragua, algo que los familiares niegan de manera rotunda.

Los cuatro vivían en un apartamento en Dallas, Texas, y trabajaban en una fábrica de masa para tortillas. Esa aciaga mañana del jueves 13 de marzo fue la última vez que sus parientes contactaron con el grupo antes de ser detenidos, cuando el inmueble fue allanado por los funcionarios del ICE.

Una protesta callejera protagonizaron los moradores de Los Pescadores, una comunidad bordeada por una cañada, el 17 de marzo, cuatro días después de haber sido arrestados estos padres de familia, a quienes deportaron al Cecot salvadoreño.

Ellos fueron en busca de un sueño americano, de algún sueño de poder ayudar a sus familiares, de poder darle mejor vida a sus hijos, y lo que encontraron fue una pesadilla americana», aseveró la prima de Andy Perozo, Kristi Quintero.

«Él se fue de aquí trabajando, pero dijo que necesitaba más porque él se desvive por ella (hija)», dijo por su parte Edwin Hernández, hermano de Edwuard, el día de la protesta.

Los otros dos zulianos

Además de estos cuatro zulianos que habitan en la barriada ubicada en la parroquia Coquivacoa, otros dos coterráneos también pisaron Venezuela este viernes 18 de mayo.

Jerce Reyes Barrios, de 36 años, nacido en Machiques de Perijá, es un futbolista y padre de familia que había sido detenido en el país en marzo de 2024, por participar en protestas. Tras ser liberado, optó por abandonar el país y buscar ese sueño que se volvió esquivo, pues en la frontera sur de EE. UU. fue detenido.

Mientras esperaba su cita migratoria a finales de 2024, laboró en una tienda de flores en México.

Después de haber obtenido una cita a través de la aplicación CBP One, que le permitió presentar su caso ante las autoridades de inmigración, fue llevado al centro de detención de Otay Mesa, en San Diego, California.

Allí, las autoridades descubrieron un tatuaje en su brazo: un balón de fútbol rematado con una corona, que él mismo había hecho grabar como un símbolo de su amor por el Real Madrid, su equipo favorito.

Pero, para los agentes de inmigración, ese tatuaje era suficiente para asociarlo con el Tren de Aragua, una organización criminal a la que Estados Unidos ha vinculado con actividades terroristas.

A pesar de tener dos audiencias migratorias, una en diciembre de 2024 y otra en abril, en marzo lo sacaron de su celda y lo remitieron al Cecot, para formar parte de esos 252 migrantes venezolanos detenidos en territorio salvadoreño.

Ya el viernes 18 de julio, tras «acuerdos diplomáticos», Jerce regresó a Venezuela.

El otro zuliano que retornó al país es Alirio Belloso, de 30 años, también padre de familia, quien fue capaz de atravesar la tupida selva de El Darién para buscar ese «sueño» que también se le volvió escurridizo.

Llegó a trabajar como taxista en Utah, en buscar de recursos para ayudar a su familia maracaibera, pero el ICE lo arrestó y, aún cuando informó a sus parientes, el 14 de marzo, que iba a ser deportado a Venezuela, la realidad fue otra: sí lo deportaron, pero a El Salvador, a la llamada Megacárcel (Cecot) de (Nayib) Bukele.

Al igual que sus paisanos, Alirio también fue devuelto a Venezuela, cuatro meses después. Así, parece haber terminado la pesadilla de estos seis zulianos.

Fuente: Versión Final/