Editorial y Opinión

¡Si votamos ganamos!

«El voto es más fuerte que una bala»

Abraham Lincoln

El Diario Tricolor.- Esa pieza publicitaria que abre el título de esta entrega de mi artículo semanal puede decirse que encierra una interrogante inmensa, expectante y esperanzádora que recorre poco a poco las comunidades del país, a propósito del inicio de la campaña oficial, autorizada por el CNE para este 27J, cuando está pautada la elección de alcaldes y concejales.

Podría asegurar que ¿si votamos ganamos? es más que un eslogan, es un llamado sencillo, simple, un alerta y un recordatorio de lo que muchos venezolanos decidieron no prestarle atención el 25M, cuando la abstención a la que llamó María Corina Machado permitió reducir, disminuir y sepultar espacios políticos regionales, obtenidos a través del acto de votar en 2.021.

Quienes siempre hemos discrepado con la oferta engañosa o idea estratégica de no votar, participar o expresarnos a través del voto, creemos lo que siempre se ha dicho que la abstención no conduce a nada bueno. Eso es lo cierto, irrefutable, porque volvemos a tropezar con la misma piedra y a permitir que el oficialismo amplíe su poder territorial.

En cambio, los venezolanos no vemos, percibimos o sentimos una salida cierta que la narrativa abstencionista ofrezca a no ser las ya desgastadas, aburridas y fantasiosas arengas, proclamas y lodiscursos a lo largo de los años que al final del túnel llevan a la misma frustración de la gente. ¿Cuántas veces la abstención le ha ganado a la unidad opositora?. Siempre, además, la promotora ha sido la misma.

Cada quien está en su derecho a hacer lo que mejor que crea con su voto. Usarlo o no puede significar a corto o mediano plazo la diferencia. Es un derecho constitucional, pero quienes creen que no votar es el mejor camino, pienso que otra vez están equivocados y tropiezan con el mismo obstáculo.

Es, sin dudas, una experiencia que hoy lamenta y le desagrada a muchas personas haberse abstenido el 25M, cuando embuidos, contagiados o cegados no votaron y después la frase más común que uno escucha en la calle o en la familia es que «me equivoqué», «no lo pensé bien» o «me dejé llevar».

No analizar bien, sin apasionamiento, serenamente, sosegado y calmado originó, por ejemplo, que las gobernaciones de Nueva Esparta, Barinas y Zulia cambiaran de dirección política. Es el resultado de permitirnos que otros piensen por nosotros o nos digan que hacer o no, independientemente, que la conducta de muchos fue de buena fe.

Sin embargo, después de la derrota del 25M el necesario control de daños a muchos ha despertado, llevándolos a pensar y a no estar dispuestos a entregar los gobiernos locales que por ley son los de mayor cercanía a la comunidad donde viven, trabajan o estudian.

Son las instancias con competencia directa en la recolección de la basura, en la mejora de la vialidad, garantes del suministro de gas, responsables de atender plazas, canchas y parques, organizadores de jornadas médicas, culturales y de alimentación, protectores del ciudadano y sus bienes, operadores del servicio del Cuerpo de Bomberos y del mantenimiento del ornato público en general, entre otras competencias que les asigna la ley.

Caricatura: Feyo

En el estado Zulia en 2.021 sumaron 15 de 21 alcaldías las ganadas por la oposición. En dos de ellas, las más emblemáticas, Maracaibo y San Francisco, –joyas de la corona–, sus habitantes deben recordar muy bien la condición física de la infraestructura municipal que le tocó recibir para entonces a Rafael Ramírez Colina y a Gustavo Fernández.

A ambos, –antes de la detención de Ramírez Colina hace nueve meses– les correspondió arrancar de cero en una carrera titánica, nada fácil, que permitiera a esos grandes municipios recobrar, mejorar y enderezar decenas de entuertos en sus servicios públicos. No todo ha sido solucionado, pero el esfuerzo, dedicación y el trabajo sigue en la calle que ahora la gente observa en cualquier sector.

  • Hoy en Maracaibo, Adrián Romero (e) y en San Francisco, Gustavo Fernández, aspiran a ser electos a un segundo período. También se lo propone Nidia de Atención en la Cañada de Urdaneta; Ely Ramón Atencio en Rosario de Perijá; Vidal Prieto en Machiques; Erwin Rosales en Francisco Javier Pulgar; Jhonny González en Sucre; Ramón Bracho en Baralt o José Mosquera en Lagunillas por mencionar a algunos.

La mejor credencial de cada uno de ellos es el esfuerzo emprendido desde que llegaron al cargo que aspiran renovar, teniendo como testigo a la gente de a pie, al vecino o al habitante de cada municipio, quien quita o pone a sus gobernantes, pero también recompensa la confianza, el cumplimiento, cuando toca recordar el antes y el ahora de un trabajo que cada alcalde comenzó tres años y medio atrás.

Por supuesto, los candidatos del Polo Patriótico también hacen lo suyo para cautivar, agradar y lograr la preferencia del elector. No son, digamos, mochos ni están atados de mano. Tienen a su favor el hecho de pertenecer a la corriente política que gobierna el país, además de recursos y prebendas de lo que ello significa.

Asimismo, disponen del ventajismo, favoritismo y de cualquier otra decisión administrativa que el árbitro electoral deba usar a la hora de dirimir cualquier resultado que la experiencia ha señalado de que lado en muchas ocasiones se ha inclinado.

Eso no es nada nuevo. La diferencia, la brecha y el abismo es que el voto opositor mayoritario ha crecido en la medida que las condiciones socioeconómicas de Venezuela han venido agravándose y provocando el rechazo de la población a la cada vez más deteriorada calidad de vida de los venezolanos.

Por eso, considerando esa realidad del día a día, los candidatos oficialistas deben estar prendiendo una vela a cada Santo, esperanzados que la conducta de la gente opositora del 25M, vuelva a repetirse dentro de doce días en cada centro de votación, cuando el llamado a la abstención no debilitó el piso político de Miraflores, sino que lo fortaleció y le permitió extender su dominio territorial.

El bien hilvanado, confeccionado y construido discurso abstencionista de María Corina Machado le permite una ventaja en el arranque a los aspirantes del chavismo. Sin embargo, dependerá de cada elector venezolano la decisión final del día 27J, porque al siguiente amanecer, a un año del 28J de 2.024, la gente estará pendiente de escuchar si «falta poco» o habrá que esperar «Hasta el Final de los Tiempos» cuando salgamos de la pesadilla en la que vivimos desde hace 26 años. ¡Amanecerá y Veremos».

Articulista: José Aranguibel Carrasco
CNP-5.003

Caricatura: Feyo