Desde mi Curul: Vivir y morir andando derecho: La virtud de la integridad
El Diario Tricolor.- En un mundo que a menudo parece tentarnos con atajos, soluciones rápidas y la promesa de éxito a cualquier costo, hay una brújula moral que sigue señalando el camino verdadero: la integridad. Vivir y morir andando derecho, haciendo siempre lo correcto, sin trampas, sin fraudes, y yendo de frente, no es solo un ideal; es una filosofía de vida que construye cimientos sólidos para individuos y sociedades.
Desde tiempos inmemoriales, las grandes enseñanzas de la humanidad han abogado por la honestidad y la rectitud. No es una mera cuestión de legalidad, sino de ética y de conciencia. Elegir el camino correcto, incluso cuando es el más difícil, es un acto de valentía. Significa resistir la seducción de la ganancia fácil y efímera, entendiendo que el verdadero valor reside en la consistencia de nuestras acciones con nuestros principios.
En nuestra sociedad, la tentación de tomar atajos se manifiesta de muchas formas: desde pequeños engaños cotidianos hasta grandes esquemas de corrupción que socavan la confianza pública. Sin embargo, cada vez que optamos por la honestidad, cada vez que damos la cara y asumimos nuestras responsabilidades, estamos contribuyendo a un tejido social más fuerte y justo. No se trata solo de evitar el castigo, sino de construir una reputación inquebrantable, una paz interior que no puede ser comprada y un legado de dignidad.
La integridad nos permite mirar a los ojos a nuestros semejantes con la frente en alto. Nos libera del peso de la culpa y del miedo a ser descubiertos. Nos empodera para tomar decisiones difíciles con la certeza de que estamos actuando en consonancia con nuestros valores más profundos. Cuando una persona vive de esta manera, su influencia se extiende, inspirando a otros a seguir su ejemplo. Es un efecto dominó de honestidad que, aunque a veces lento, es imparable.
En cada interacción, en cada decisión, tenemos la oportunidad de reafirmar nuestro compromiso con la rectitud. Ya sea en los negocios, en nuestras relaciones personales, o en el ámbito público, la elección de ir de frente y de hacer siempre lo correcto es la base para una vida plena y significativa. Porque al final del camino, lo que verdaderamente perdura no son los bienes acumulados, ni los éxitos fugaces logrados por medios cuestionables, sino la honra de haber vivido y muerto andando derecho.
Finalizo con: Proverbios 11:3
«La integridad de los rectos los encamina; pero a los perversos los destruye su propia falsedad.»
Este proverbio resalta que la integridad y la rectitud guían a las personas por el camino correcto y seguro, mientras que la falta de honestidad y la perversidad finalmente llevan a la ruina.
Bendiciones.
El Articulista
Dr. Mario Douglas Serrano Meoz Escribe, lee y estudia que algo queda.
Correo cerranomario1901@gmail.com