Editorial y Opinión

«El Tesoro invaluable. La compañía que abraza el alma de Papá»

El Diario Tricolor.- Con motivo de este domingo celebrarse el día del Padre, tengo muchas emociones encontradas para escribir este artículo. Pero allá voy.

Mientras las tiendas se llenarán de compradores compulsivos y las redes sociales explotarán con ideas de regalos y otros souvenirs, quiero invitarte a cerrar los ojos por un momento y recordar no el juguete más caro que tu papá te dio, no el viaje de lujo que te financió, o el celular de última gama, que te compró; sino esa mano que te sostuvo cuando niño, al aprender a caminar, esa voz que te ayudó en tus tareas, o la que te pudo contar un cuento o una de sus muchas historias antes de dormir.

O esa presencia silenciosa que siempre te acompañó en los momentos menos difíciles, o en aquellas situaciones más problemáticas de tu crecimiento. Porque si hay algo que los padres atesoran , más allá de cualquier riqueza material, es el regalo incomparable de la compañía de sus hijos.

Piensen en ellos, en el padre, aquel hombre que a menudo y en silencio , cargó sobre sus hombros el peso de proveer, de proteger, de dar amor, cariño, y de tratar de orientarlos a una profesión cuando nos sentíamos perdidos que estudiar. Ese padre que en silencio, muchas veces, fue capaz de sacrificar sus propios sueños por los tuyos, en ese arduo camino.

Y que es lo que verdaderamente le conforta al final del día, o del año a un padre.? No es el saldo abultado de una cuenta bancaria sino es la risa de su hijo. Un abrazo inesperado o un gracias papá: te amo. Muchos padres, casos más, casos menos, han trabajado incansables toda su vida, sino toda, entonces una gran parte de ella. Muchos han tenido lujos, otros no tanto, y otros casi ninguno pero siempre normalmente estuvieron allí para sus hijos. Se sentaban junto con ellos, o «estaban a la mano, mirando el horizonte de la vida en silencio. Eran momentos sencillos, casi insignificantes a los ojos del mundo y a veces hasta los propios visores de los hijos. Para un padre esos espacios callados llegaron a convertirse en su tesoro más preciado.

Hoy, lamentablemente, las redes y el mercado nos empujan a medir el «amor» en términos de lo que podemos comprar, pero el amor de un padre y el amor que le debemos a un padre desafía toda transacción. No se compra con todo el oro del mundo, se construye con calidad de tiempo, con escucha, con esa complicidad que nace en las miradas, de los silencios, y de las bromas compartidas. Un padre no necesita una corbata, ni una camisa de firma, lo que verdaderamente anhela es la presencia y la compañía prolongada o más continua de un hijo. Una conversación personal profunda sobre como le va la vida. Y en algunos casos, un padre anhela , aunque sea una llamada telefónica para escuchar la voz de su hijo; preguntarle cómo estás Papá?.

De acuerdo a todo lo planteado anteriormente, quizás hoy, en lugar de buscar el regalo perfecto, pienso que podríamos regalarle a papá nuestra presencia. Sentarnos a su lado, donde él se encuentre en la silla, o en su cama y escuchar de nuevo sus cuentos e historias. Reír con el, o simplemente estar allí. Ofrecerle ese bálsamo que es la presencia y la cercanía, que le dará la certeza que no está solo, de que su legado de amor y esfuerzo floreció en nosotros, que no «aró en el mar», que seguimos allí, junto a él, porque cuando los años avancen más, el dinero se esfume , y los objetos se rompan, lo único que perdurará será el eco de esas risas, la validez de esos abrazos y la profunda huella de una compañía, que no supimos akilatar en vida, y jamás tuvo precio.

En este día del Padre, acostumbremos a regalarles a nuestros papás el regalo más valioso de todos: la inmensa y tierna bendición de nuestra compañía. Ellos se la merecen y nuestro corazón también la necesita. Que en el día de mañana, podamos decir con mucha honra: bendición mi viejo, mi querido viejo. Donde quiera que Dios te tenga: Gracias Papá. Misión cumplida. Lo hiciste bien. No te defraudé.

Recuerdo como parte de mi auto discipulado: «Honra a tu Padre y a tu Madre para que tus días se alarguen» (Éxodo 20:12).

El Profe. Mario Douglas Serrano. Escribe, lee y estudia que algo queda.✍️🌹👊🫡🙏

Articulista. Mario Douglas Serrano Meoz . Correo . cerranomario1901@gmail.com .