Un gran silencio
La abstención de hablar y la falta de ruido se conocen sencillamente como silencio. Es cierto que, en muchas ocasiones, el silencio puede ayudar a tener mayor claridad en nuestros actos y hasta a ordenar nuestros pensamientos. Sin embargo, el vacío y la falta de información veraz generan problemas y producen un efecto negativo en los medios de comunicación.
Aquí entra en juego el vacío de conocimiento. La incertidumbre surge cuando no sabemos realmente qué está ocurriendo, y es precisamente la desinformación la que alimenta esta sensación de confusión. La falta de certeza se traduce, sin duda, en incertidumbre. Esto sucede cuando aquellos que deben pronunciarse sobre hechos que forman parte del juego democrático simplemente no lo hacen.
Hay una gran silencio incluso de gremios, instituciones educativas, escritores, críticos, y analistas de cafetín, salvo contadas excepciones.
La mayoría de los ciudadanos que no militamos en organizaciones políticas solo deseamos y esperamos el cese de un ciclo de sucesos que no aclaran la realidad. Las elecciones del pasado domingo 28 de julio arrojaron unos resultados que aún no han sido verificados por el ente encargado, el Consejo Nacional Electoral (CNE). Esta situación ha generado ruido y palabras insultantes, ajenas a todo principio democrático.
Nos invade la incertidumbre; el no saber realmente qué sucede es un silencio ensordecedor de quienes deben pronunciarse y respetar lo que la mayoría de los ciudadanos opina. El juego democrático debe sustentarse en el respeto a las decisiones tomadas en asuntos electorales. La alternabilidad del poder es clave para fortalecer la democracia.
Las confrontaciones y los insultos solo conducen a un caos que se manifiesta en el silencio de quienes deben reconocer los resultados de la voluntad popular. El país necesita, con urgencia, solventar esta difícil situación. Es imperativo tomar decisiones de políticas públicas que inicien un proceso de recuperación de la productividad nacional.
Con silencio, no lo vamos a lograr. Es hora de alcanzar acuerdos que permitan la conciliación de todos, sin exclusión ni violencia, todo bajo lo que dictan la Constitución Nacional.
José Gregorio Figueroa Zabala
@figueroazabala