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El laudo de París: el polémico fallo de 1899 que dejó al Esequibo en territorio de Guyana (y por qué hoy Venezuela lo considera “nulo e írrito”)

Probablemente nunca una decisión acordada por unanimidad haya resultado tan controvertida.

El Diario Tricolor-. El 3 de octubre de 1899, un tribunal de arbitraje constituido en París emitió un fallo en el que decidió el destino del Esequibo, un territorio de unos 159.500 kilómetros cuadrados de extensión en el noreste de América del Sur y que en la actualidad constituye dos terceras partes de la República Cooperativa de Guyana, pero es reclamado por Venezuela como propio.

Luego de décadas de negociaciones infructuosas, el caso se encuentra ante la Corte Internacional de Justicia y en la última semana ha elevado las tensiones entre ambos países a niveles inauditos.

Pero no nos adelantemos.

En aquel momento, Guyana no existía como nación independiente sino como colonia británica y eso, de acuerdo con numerosos historiadores, es un elemento clave para entender esta decisión conocida internacionalmente como el laudo arbitral de París de 1899.

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¿En qué consistió?

Reino Unido se lleva (casi) todo

Esequibo
GETTY IMAGES Los venezolanos fueron convocados a una consulta sobre el Esequibo.

Constituido por dos jueces ingleses, dos jueces estadounidenses (encargados de representar los intereses de Venezuela) y presidido por un juez ruso, Federik de Martens, el tribunal otorgó a Reino Unido un 90% del territorio en disputa, pero adjudicó a Venezuela un pequeño trozo que incluía la principal boca del río Orinoco, uno de los más caudalosos del mundo.

Aunque el tribunal disponía de 90 días para emitir su fallo, este se produjo en apenas 6 días y fue aprobado por unanimidad.

La sentencia causó malestar inmediato en Venezuela. De hecho, al día siguiente de conocerse, el abogado José María Rojas -el único venezolano incluido en el equipo de defensores de Venezuela que estuvo presente en el proceso- envió a Caracas una nota confidencial en la que manifestaba sus cuestionamientos sobre la validez de la sentencia que -en su parecer- no hacía honor al derecho.

Venezuela reivindicaba que le correspondía ejercer soberanía sobre todos los territorios que habían pertenecido en la época colonial a la Capitanía General de Venezuela y que había heredado en 1811 al momento de la independencia, entre los cuales se encontraba el Esequibo.

Reino Unido, por su parte, había adquirido en 1814 a través de un tratado con Países Bajos unos 51.700 kilómetros cuadrados de territorio, donde se establecería la Guyana británica.

Las fronteras occidentales de ese territorio no estaban definidas, por lo que las autoridades británicas encargaron esa tarea en 1840 al explorador Robert Schomburgk.

Fue entonces cuando surgió la llamada «Línea Schomburgk», cuyo trazado otorgaba a los británicos unos 80.000 kilómetros cuadrados adicionales.

En 1841, Venezuela protestó por la incursión británica en su territorio, pese a lo cual la línea Schomburgk volvió a “engordar” durante una actualización publicada en 1886.

Al amparo de la doctrina Monroe, Estados Unidos intervino en 1895 para denunciar la “misteriosa” ampliación del territorio de la Guyana británica y recomendó acudir a un arbitraje internacional.

Fue así como se transitó el camino hacia el laudo arbitral de París, una decisión que según ha dicho esta misma semana el presidente de Guyana, Irfaan Ali, fijó de forma final y definitiva las fronteras entre ambos países.

Esequibo
GETTY IMAGES El explorador Robert Schomburgk fue el designado para definir fronteras en 1840.

Y ciertamente, pese al malestar de Venezuela, durante algunas décadas el tema pareció zanjado.

En 1962, Venezuela denunció el laudo arbitral declarándolo “nulo e írrito” y reactivó ante la ONU su reclamo por el Esequibo.

Eso llevó a que en 1966 se suscribiera el Acuerdo de Ginebra, a través del cual Venezuela y Guyana quedaron comprometidos a buscar una solución práctica y satisfactoria para el diferendo.

¿Qué cambio para que se reabriera la controversia?

Esequibo
GETTY IMAGES El presidente de Guyana, Irfaan Ali, considera las actuales acciones de Venezuela sobre el Esequibo como una amenaza directa.

Un tribunal favorable y sin venezolanos

Con el paso de los años, han ido saliendo a la luz una serie de elementos y de documentos relacionados con el laudo arbitral que han llevado a Venezuela a cuestionar la validez de ese procedimiento.

Aunque en su nota confidencial del 4 de octubre de 1899, José María Rojas expresó su perplejidad por la forma de actuar del presidente del tribunal, Federik de Martens, cuyos motivos le parecían incomprensibles, los historiadores han hallado algunas explicaciones al respecto.

Según destaca Mercedes Alicia Carrillo Zamora en un estudio sobre el laudo arbitral publicado por la Universidad de Cádiz, el gobierno británico estuvo muy preocupado por garantizar que el tribunal arbitral estuviera constituido de forma “conveniente” y de evitar a toda costa que hubiera algún miembro “anglófobo”.

Desde esa perspectiva, la elección de Martens no podía ser más apropiada, pues según ha señalado el historiador Claudio Alberto Briceño Monzón: “Actualmente, se sabe que el ruso De Martens era un probritánico por convicción, partidario del entendimiento entre Rusia e Inglaterra. Estimaba que el Derecho Internacional Público era asunto de naciones civilizadas, debiéndose reservar el Derecho natural para el trato de las naciones semicivilizadas o primitivas, como consideraba a Venezuela”.

GETTY IMAGES Federik de Martens fue el juez ruso que presidió el tribunal.

Martens, además, acababa de publicar un libro en el que abogaba por una política de cooperación entre Rusia e Inglaterra en Asia Central que pudiera beneficiar los intereses de Moscú en lugares como Persia y Afganistán, a cambio de favorecer los intereses de Inglaterra en otros lugares del mundo.

Los británicos, además, se negaron en redondo a que alguno de los miembros del tribunal fuera venezolano pues “no estaban dispuestos a sentarse junto a un jurista mestizo, con olor a trópico”.

Carrillo Zamora considera que, más allá de cualquier consideración racista, “la principal justificación de la exclusión de Venezuela en el Tribunal Arbitral se debió al interés de salvaguardar la consecución de los fines fraudulentos que ya con anterioridad se plantearon los ingleses realizar durante el arbitraje, los cuales evidentemente no podrían ser negociados con representantes venezolanos”.

En cualquier caso, el tribunal quedó presidido por Martens, que ostentaba el voto decisivo y que, de acuerdo a otros testimonios existentes, jugó un papel central en lograr una decisión unánime y favorable para Reino Unido.

Por BBC News Mundo -diciembre 9, 2023/