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Viajeros en la eternidad… a 28 años de la tragedia de Calabozo

El Diario Tricolor.- Calabozo, es una ciudad del estado Guárico, colmada de una belleza que ha logrado atrapar a los turistas venezolanos y extranjeros, sus paisajes y monumentos naturales, su legado histórico, y el calor de su gente, se unen, para convertirla en una verdadera maravilla visual.

De acuerdo a las crónicas, en esta ciudad el 24 de Julio de 1926, a las 10 de la mañana por órdenes del entonces presidente de la Republica de Venezuela, Juan Vicente Gómez, fue inaugurada una plaza en honor al gran prócer zuliano Rafael Urdaneta. Ya con el imperativo nombre de “El Brillante” y transcurridos 75 años de su inauguración, durante una visita a Calabozo del artista plástico lagunillense Miguel Rivero, el entonces alcalde de la entidad, José Pilar Barbella, le manifestó que la plaza Urdaneta de esa localidad carecía del busto del prócer.

Esa inquietud la trajo Rivero al Zulia, donde junto a un grupo de personas vinculadas al quehacer artístico-cultural de la Costa Oriental del Lago se organizaron para entregarle al pueblo calaboceño un regalo, que consistiría en un busto del Prócer de la Independencia. Para tal fin fue contactado el escultor Leonel de Jesús Muñoz Bracho quien sería el encargado de elaborar la obra artística.

En días posteriores se conformó una delegación que viajaría a esta zona de los llanos venezolanos a compartir con los artistas de esa región, mostrar sus trabajos y dejar una grata impresión del sentimiento zuliano. La fecha pautada para la develación del busto fue el 24 de julio de 1995, en un acto organizado por el ayuntamiento del Municipio Miranda del Estado Guárico.

En la madrugada del domingo 23 de julio, este grupo de zulianos partió de Ciudad Ojeda en una Vam rumbo a Calabozo sin saber que este sería el último viaje de sus vidas. Alrededor de las tres de la tarde, tras recorrer 600 kilómetros, y próximos a su destino, en la vía Dos Caminos-Calabozo, a la altura de la hacienda Las Maravillas, se estalló un caucho a la camioneta, la cual impactó con un autobús de Expresos Los Llanos. El fuerte golpe destrozó la unidad que pronto quedó convertida en un amasijo de hierro, dejando un saldo lamentable de muertos y heridos.

Producto de la colisión, diez (10) integrantes de la delegación cultural zuliana fallecieron en este espantoso choque: Jorge Luis Rodríguez Cabrera, ex director del Acervo histórico del Zulia e invitado especial como orador de orden del acto; Nelson González, promotor del intercambio cultural; el profesor Antonio José Piña (piñita) músico; Douglas Gil, asistente de protocolo de la alcaldía de Lagunillas; Noemí Colina de Quijada, directora de la banda musical juvenil de la alcaldía de Lagunillas; Edinson Paz, trabajador de la Dirección de cultura del Municipio Lagunillas; Elenci Vílchez, artesana; David Moreno; Railen Emperatriz Gotera; y Antonio Rafael Gómez Guerra, conductor de la unidad siniestrada. Mientras que, Elvia Lucia González y Leonel de Jesús Muñoz Bracho resultaron heridos.

La noticia paralizó a Calabozo, mientras las estaciones de radio informaban de lo acontecido. Bomberos y voluntarios se apersonaron de manera inmediata para rescatar a las víctimas y socorrer a los heridos de tan lamentable tragedia. En un lapso de doce horas, los diez cadáveres de estos artistas zulianos que perecieron en tierras llaneras fueron trasladados al Estado Zulia, en un avión Hércules de la Fuerzas Aérea Venezolana. El dolor y el llanto se apoderaron de la COL, familiares, amigos y el pueblo los acompaño en su despedida.

Ese mismo año, en la conmemoración del aniversario del Natalicio del General Rafael Urdaneta, la plaza fue reinaugurada y el busto develado. El lugar seria bautizado por el noble pueblo caloboceño como la PLAZA DE LOS MARACUCHOS en honor a los insignes misioneros culturales fallecidos trágicamente.

Durante los sucesos de abril de 2002, un afecto al gobierno nacional, descabezó con un largo objeto contundente el busto del general Rafael Urdaneta, que había elaborado Leonel de Jesús Muñoz Bracho. Tiempo después, encargaron a Jorge Wuanqi, la tercera escultura del General marabino, la cual sería removida de la plaza en el año 2014.

A pesar del tiempo transcurrido, aquel 23 de julio de 1995 quedó grabado para siempre como fecha indeleble en la memoria colectiva del pueblo lagunillense, la muerte de estos artistas no debe ser razón de olvido, sino el ejemplo de gente positiva que dejó como legado la labor realizada por ellos en favor de la cultura, enalteciendo así el gentilicio zuliano y garantizando su permanencia en el tiempo.

Por: Francisco Kiko Chávez /

Cronista del Municipio Lagunillas

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