Editorial y Opinión

Propósito de Año Nuevo

Con la llegada del mes de enero solemos hacer promesas de año nuevo, que con el tiempo se convierten en metas o retos según la cantidad de horas que le dedicas a concretarlas. 

En la actualidad vivimos en una sociedad que está fragmentada y que maneja estándares de reconocimiento social muy altos, donde el aparentar tener una “vida perfecta” parece cobrar fuerza cada día, al punto que es casi una obligación, lo cual termina por producir dolor en grandes cantidades, debido a la frustración e impotencia de muchos ciudadanos que no son capaces de cubrir si quiera, sus necesidades más elementales. A esto se le agrega que en Venezuela cada familia atraviesa muchas veces en silencio, las consecuencias de sus miserias y su propio duelo migratorio. 

Por lo tanto, es común encontrarnos en la calle el reflejo del estrés y la ansiedad que experimenta la sociedad. En el pasado 2022 el observatorio venezolano de violencia estimó un descenso del 5,2% en la tasa de suicidios en el país. Sin embargo la ansiedad y la depresión siguen encabezando la lista de razones de quienes asisten a los consultorios clínicos de los psicólogos en la nación. 

La Federación Venezolana de psicólogos ha denominado este fenómeno como la segunda pandemia, ya que se ha multiplicado exponencialmente la cantidad de pacientes en los centros de atención de psicológica. A pesar de ello, son muchos quienes aún se les imposibilita el poder acceder o continuar con su tratamiento psicológico (incluso cuando este es gratuito) por falta de transporte público o simplemente poco acceso al internet. 

Por lo tanto, nos hemos propuesto para este año 2023 dar el debate respecto al derecho al acceso oportuno y gratuito al cuidado de la salud mental. Ya que son muchas las familias que sufren a causa de la compleja situación del país, que no cuentan con los recursos económicos para acceder a la atención clínica que requieren y estamos convencidos que la fortaleza de la sociedad está en la capacidad de cuidarnos entre todos. 

Para poder avanzar como nación es indispensable corregir las deficiencias que podamos tener en cuanto al manejo emocional, desde nuestros educadores que a diario deben sortear cualquier cantidad de adversidades para poder cumplir con su misión y hacer de la educación un verdadero estímulo para las futuras generaciones. Hasta el personal médico que en los centros públicos debe lidiar entre la escasez de insumos y la desesperación de las familias por salvar sus seres queridos en las salas de emergencia de los hospitales. 

Es hora de superar el tabú, para que podamos aportar a la reconstrucción de la fibra social, el primer paso es generar confianza en nuestras instituciones y eso pasa por tener a ciudadanos mentalmente sanos. Por lo tanto el 2023 lo vamos a dedicar a la construcción de políticas públicas que permitan a quienes sufren en silencio, vencer la vergüenza de pedir ayuda ante una realidad que los sobrepasa. 

En mi experiencia como psicólogo considero que en Venezuela está todo por hacer en cuanto al manejo  de la salud mental. Sin embargo tengo como propósito de año nuevo multiplicar esfuerzos para que todos podamos disfrutar del apoyo psicológico para afrontar los retos del futuro inmediato. 

En estos tiempos es importante demostrar que el ser vulnerables no implica una debilidad, por el contrario reconocernos en nuestra vulnerabilidad requiere de valor y fuerza para hacerle frente a nuestra superficialidad y mejorar nuestras relaciones tanto con nuestro entorno como con nosotros mismos.

Los venezolanos necesitamos contar con los beneficios de la seguridad psicológica ya que por décadas hemos sufrido las consecuencias de la desesperanza y la incertidumbre. Requerimos provocar escenarios empatía, respeto y aceptación sin prejuicios. 

José Leonardo Caldera

Legislador del CLEZ

Jefe de fracción UNT

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